REFLEXIONES
SOBRE EL HOMOSEXUALISMO, EL MIEDOY LA MUERTE
El refrán popular dice que
para mantener buenas amistades, no hay que hablar de sexo, ni de religión, ni
de política. Sin embargo, sean conflictivos o no, es casi imposible evitar
estos temas. En este ensayo, haré lo imperdonable, mezclaré sexo y muerte, y le
agregaré un nuevo ingrediente que es el miedo, todo lo cual, mirado con un
lente religioso me lleva a las reflexiones que plantearé a continuación.
No pretendo agotar en él
todas las ideas o enfoques que a estos temas pueden darse, sino, que como ya lo
expresé, lo haré desde una óptica de la ética, lo moral y religioso.
La sexualidad, para mí es
una característica del ser humano en extremo sublime, que trae grandes
beneficios en salud, bienestar, estabilidad emocional, y lo más importante, nos
permite dar a luz a otros seres humanos para compartir sus vidas con nosotros.
Pero así como trae bendiciones
a nuestras vidas si se usa inteligente y responsablemente, también es fuente de
dolor, violencia, enfermedad y muerte, si se hace lo contrario.
Desafortunadamente a través
de la historia del hombre sobre la faz de la tierra, ha primado el desenfreno,
la irresponsabilidad y la inmoralidad en el manejo de este tema, siendo
nefastas sus consecuencias. Ha transgredido las normas morales impuestas por
Dios en todas las formas posibles: bestialismo, pedofilia, acoso carnal
abusivo, acceso carnal violento, homosexualismo, etc. A éste último quiero
dedicarle unas cuantas reflexiones, por ser un tema que genera encendidas
controversias entre sus detractores y sus defensores, no sólo entre los
ciudadanos del común sino entre miembros del alto gobierno.
Siempre he creído que la
razón o inteligencia es para usarse de manera que favorezca nuestros intereses
y necesidades, pero ¿qué decir del homosexualismo? Que es una forma irracional
y que atenta contra la integridad física y moral de quienes lo practican, pues,
a pesar de que actualmente se ha aprobado en el poder legislativo y en las
altas cortes, no por ello deja de ser una conducta reprochable.
Para justificar esta aberración lo que sobran son argumentos, pero todos
ellos van en contravía de los principios establecidos por el Divino legislador:
Considero que el
homosexualismo viola o rompe las más elementales normas de moralidad de una
sociedad, es una relación contranatura, pues, si la sociedad se rigiera por este tipo de relación, estaría condenada
a desaparecer.
A los homosexuales se les
han otorgado derechos como el de contraer nupcias y adoptar niños, todo lo cual
en un abierto desconocimiento de las normas y estatutos divinos.
La rebeldía del hombre contra
Dios ha llegado al extremo de prohibir en las universidades abordar o plantear
argumentos apoyados en los preceptos del Creador, todo lo cual es una necedad.
¿Podrá acaso el ser humano
ser mejor legislador que Dios o plantear más sensatos argumentos que ÉL?
Definitivamente No. Hoy se habla con propiedad de un tercer sexo, cuando
Génesis dice: “Varón y Hembra los creó”. También registra la Biblia en Génesis la
destrucción de Sodoma y Gomorra a causa del Homosexualismo, y comparado con la
condición actual de nuestra sociedad a nivel global, la depravación e
inmoralidad han aumentado. Esto por un lado, se debe a la maldad que
caracteriza al ser humano y por otro, a la ignorancia en asuntos doctrinales
que afecta no sólo a las clases populares sino a las autoridades legislativas
del país. Considero que cualquier teoría debe someterse a las Escrituras y ser
armonizadas con ellas.
Otro tema que a mi juicio
genera controversia por la forma como cada quien lo asume, es la Muerte. Considero
que a pesar de que el ser humano puede sentir temor, angustia, tristeza, o
cualquier otro tipo de sentimiento al pensar en la muerte propia o de algún
familiar cercano, creo que la Muerte es lo que le da significado y valor a la
Existencia humana, es lo que le de valor a la vida que tenemos.
¿De que serviría la vida si
la tuviéramos para siempre? Pienso que lo bello y significativo de la vida, es
saber que algún día nos moriremos y para ese entonces ya todo habrá terminado y
no habrá tiempo para pensar en aquello que quisimos ser o hacer. Este pequeño
acontecimiento por el cual todas las personas en algún momento tendremos que
pasar, es lo que nos hace ser mejores, buscar ser mejor persona, mejores hijos,
mejores hermanos, mejores amigos, mejores padres (si lo somos) buscar mejores
posibilidades todos los días, ser alguien en la vida.
Saber que la muerte es ajena
a la edad, el sexo, el nivel socioeconómico, el estrato, etc., hace que tenga
más conciencia de aprovechar el tiempo, valorar y demostrar el afecto que tenga
hacia otras personas mientras estén con vida, (después de muertos, no tiene
sentido), vivir sanamente, tener una familia,
disfrutar de aquellas cosas que me hacen feliz.
Por otra parte, el miedo, es
un estado inherente en la naturaleza de las personas, y que por lo general, lo
experimentamos cuando nos encontramos en situaciones de peligro, soledad,
desánimo, angustia, o situaciones similares.
El miedo es un sentimiento
puesto por Dios en el corazón del hombre para protegerse de los peligros que
frecuentemente nos acechan. Si no experimentáramos miedo, muchas cosas fatales podrían
sucedernos. Pero gracias a él, en la mayoría de los casos huimos o evadimos las
personas, los animales o las cosas que pueden causarnos daño.

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